22-O: los intendentes que juegan a no perder sus pueblos

thumb image
9 Octubre, 2017 a las 12:36 hs.

Por Norberto G. Asquini



Las legislativas del 22 de octubre se han convertido en La Pampa en algo más que una simple votación por tres bancas para la Cámara Baja del Congreso. Frente a Cambiemos, el PJ no solo se juega su lugar de predominio en la provincia de cara a 2019, sino también sus intendentes deberán revalidar su gestión, muchos pensando en la reelección en dos años.

El poder territorial de la estructura de los intendentes -y presidentes de comisiones de fomento- ha sido clave para la continuidad del PJ pampeano. De ahí que las miradas apuntaran hacia los jefes comunales por su desempeño en las primarias, cuando la sumatoria de las listas de Cambiemos fue mucho más alta que las del PJ. El gobernador Carlos Verna los reunió la semana pasada y les bajó línea. No fue un reto, ya que la “ola nacional” o la expansión del voto de Cambiemos en territorio pampeano los sorprendió a todos. Pero en cierta medida los hizo responsables de la suerte del PJ en cada localidad. “Muchos intendentes se guardaron en las PASO, pero ahora ponen todo porque juegan a no perder su pueblo. Cada uno es responsable de su pueblo”, afirmó un vernista del entorno del mandatario al autor, apenas terminó el encuentro.

 

Militar la campaña

Verna se puso al frente de la campaña porque debe revalidar su figura y su gestión frente al presidente Mauricio Macri y a Cambiemos, y para el resto de los intendentes se da la misma situación. El 42% de los jefes comunales del PJ, un total de 24 sobre 57, perdió en su localidad en las PASO frente a la suma de los votos de Cambiemos. Sobre el total de las 80 localidades, Cambiemos obtuvo más votos con sus tres listas en 43 -incluyendo las cinco principales: Santa Rosa, General Pico, Toay, General Acha y Eduardo Castex- y el PJ se impuso en 37. Ahora el 22-O es un mano a mano. La orden a los intendentes fue militar la campaña, con el discurso del gobernador y “poner todo” en las dos últimas semanas.

Hagamos una comparación del resultado de las PASO con otra elección similar para determinar, con números, cómo fue el desempeño de cada pueblo. Vamos a hacerlo con la elección para diputados nacionales del 25 de octubre de 2015, cuando todavía estaba latente la interna entre el vernismo y el jorgismo, y el massismo iba con su propia boleta. No vamos a hacerlo con el resultado de la elección a gobernador, por las adhesiones personales que tuvo Verna, ni con lo que sacó cada intendente, porque hay mucho de voto personal. La de diputado, además, fue el corte de boleta menos votado ese domingo. En ese marco, podemos observar que en las PASO de agosto, en la provincia, al PJ le fue mal. En 2015 había logrado 81.064 sufragios para diputados nacionales, y en las primarias pasadas apenas logró 76.941 entre todas las listas.

 

Los intendentes apuntados

Entre los apuntados por su bajo desempeño en las PASO están los intendentes de Macachín, Uriburu, Hilario Lagos, Eduardo Castex, Winifreda, 25 de Mayo, Colonia Baron, Trenel, Quemú Quemú, Ingeniero Luiggi y Unanue. En sus pueblos Cambiemos obtuvo más votos que el PJ, pero además obtuvieron considerablemente menos sufragios que con respecto a 2015. Además, por supuesto, de General Pico. Hay que dar cuenta que hubo quienes pudieron subestimar esta votación, pero también otros que fueron sorprendidos por la “ola” de Cambiemos.

Hay en esta lista de 24 otros jefes comunales que perdieron en la sumatoria en sus localidades, pero consiguieron más votos que en 2015, como sucedió en General San Martín, Jacinto Arauz, Toay, Ataliva Roca, Doblas o Anchorena. Igual no les alcanzó: Cambiemos sacó mucho más.

Si a nivel provincial Verna logró resolver la interna con una boleta de consensos, la interna en el peronismo todavía está subyacente en algunas localidades donde no se pudo disipar las diferencias de 2015. Ocurre en General Acha donde hay tres grupos, y el principal en el que están las líneas mayoritarias muestra hacia adentro diferencias -allí perdió el PJ por 4.528 a 2.319 votos-; en Victorica, donde se le ganó por 14 votos a Cambiemos, pero se obtuvo 386 votos menos que en 2015; en 25 de Mayo donde consiguió 300 votos menos, y perdió; o en Realicó, donde no solo perdió por mucho, sino que bajó 300 votos con respecto a hace dos años.

 

El “efecto contagio” y el voto geográfico 

La “ola” de apoyo a Cambiemos ayudó en las localidades donde gobierna un intendente radical a que su frente ganara la primaria. De 17 intendentes radicales, apenas dos perdieron en la sumatoria de votos. Pero ese apoyo que hubo a Cambiemos si bien dejó performances muy bajas para el PJ en algunas localidades (en General Pico por ejemplo se consiguieron 2.100 votos menos que la misma boleta en 2015) en otras no significó una derrota abrumadora: en Santa Rosa logró 914 votos más que hace dos años y en la mayoría de los pueblos gobernados por el radicalismo, a pesar de perder, mejoraron en la sumatoria de apoyos con respecto a 2015.

El PJ también fue presa de cierto “efecto contagio” en el voto a Cambiemos. Si hubo uno apoyo a la oposición pampeana influido por el contexto nacional en respaldo al presidente Macri en contra del kirchnerismo, parece haber habido también un fenómeno más local. En su momento analizamos que el voto a Cambiemos fue de clase media urbana y de sectores agropecuarios del este provincial. De hecho, en el oeste y sur, de 18 localidades el PJ ganó en 16, menos en 25 de Mayo y Chacharramendi (por solo un voto). En la zona sureste ocurrió lo inverso: Cambiemos se impuso en General Acha, Campos, Alpachiri, Guatraché, Santa Teresa, San Martín, Jacinto Arauz y Unanue.

El “efecto contagio” local tuvo que ver con el voto “urbano” que pareció expandirse a localidades menores. Ocurrió en Santa Rosa (Toay, Anguil), Realicó (Luiggi, Embajador Martini, Maisonnave, Alta Italia, Van Praet), General Acha, Quemú Quemú (Relmo, Colonia Baron) o Intendente Alvear (Lagos, Larroudé, Sarah, Ceballos).

El 22-O el PJ se juega en parte su permanencia en 2019. Detrás del resultado general, muchos comenzarán a ver también en cada localidad qué futuro les queda para dentro de dos años a cada jefe comunal.