Después de que se conocieran las dificultades que atravesaba la ONG, varios vecinos ayudaron para que los chicos tengan que comer.
A comienzos de semana se conoció la triste situación que atravesaba el Merendero de barrio Pacifico, el cual llevaba varias jornadas sin poder entregar las viandas nocturnas a unas 100 personas, repartidas en aproximadamente 40 familias, debido a que no contaban con mercadería para poder hacerlo.
Como habitualmente ocurre, donde el Estadio debería estar presente pero no lo hace, donde los políticos que prometieron cosas en campaña no volvieron a aparecer, se hicieron presentes los vecinos de la ciudad para, en mayor o menor medida, acercar donativos con la única intención de ayudar a que los chicos se vayan a la cama con algo calentito en sus estómagos.
Día a día particulares, entidades educativas, grupos solidarios o comercios del medio se acercaron para llevar lo que podían, para ayudar, para tener una mano amiga a quien más lo necesita.
“Recibimos muchas donaciones. Solo espero no nos olvidemos de los chicos, que sean continuas las donaciones. Gracias a todos por haber colaborado”, expresó una de las referentes de la institución, Gisela Morel.
De todas formas, para sostener el gran accionar solidario que el grupo de madres del barrio Pacifico realiza, es necesaria una colaboración permanente, por lo que siguen siendo imperiosa la intervención de los organismos del Estado que deberían velar porque están suplidas las necesidades mínimas de los sectores en riesgo. A quien le quepa el sayo que se lo ponga.
Ahora sí, con la situación solucionada al menos por el momento, en el Merendero podrán festejar como corresponde su primer año de vida, que se cumplió el pasado lunes. Además, podrán desarrollar con mayor tranquilidad los festejos del Día del Niño que llevarán a cabo este domingo.
