Elena Auguet: Cuando “Las palabras a veces se convierten en un juguete rabioso”

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17 Julio, 2017 a las 12:08 hs.

Elena Auguet nació el 22 de Julio de 1932. Tuvo una niñez llena de hermanos y felicidad. Desde niña se aficionó a la lectura. Casada con un ferroviario vivió en la estación de Sundblad en el partido de Rivadavia.



Allí se enamoró de los trenes y su entorno y comenzó a escribir sobre ellos. Publicó entonces “Tiempo de Trenes”. Obtuvo premios literarios dentro y fuera de la provincia y participó en diversas antologías. Fue fundadora del Grupo de Escritores Piquenses  y de la revista Pal ‘abrazo.

Es autora además una novela a la que tituló “Cartas del Norte”. Se nutrió en talleres literarios de Juan José Senna, Chavoty Eiras, Olga Reinoso, Dora Batistón y Águeda Franco.

Las palabras de Elena Auguet

Revolviendo muy atrás en mi memoria, en el fondo de mis recuerdo dormidos. Esta mi primer libro de lectura. Se llamaba SOL. En aquella sensación que sentí al unir cada letra S-O-L.  M-A-M-A. “Eso” eran las palabras.

Y las ame. Para siempre las ame.

Son mi brújula. Necesito que me acompañen cada día. En ocasiones también las escribo.

Necesito su calor en mi diario vivir.

Y las veo bailar en el renglón una tras otras, a veces con brillante luminosidad resintiendo heroicas el paso del tiempo otras despedidas entre ellas y, como quien caza mariposas vivas las introduzco en un frasco mientras veo como se mezclan los colores.

Las agrupo por su belleza, su olor, su textura.

Están las palabras calentitas: Mama: lechita: nido.

Las palabras mojadas: Lluvia, lágrimas, sexo

Las misteriosas: rincón, futuro, caverna eternidad.

Y me visitan los rimbombantes: reglamentario, estrepitoso, interplanetario.

Hay palabras que amo y ahora las detesto. Sobre todo las malas palabras.

Me pica la lengua al pronunciarlas. No, pero no se confundan, las malas palabras no son las que prohíben los maestros acartonados los milicos reaccionarios los curas antiguos.

Puedo decir: Carajo, Mierda o boludo, sin sonrojarme, pero se me eriza la piel cuando pronuncio: Corrupción, hambre, desmonte, cárcel, picana.

Estas son las autenticas malas palabras.

Como decía Roberto Art “Las palabras a veces se convierten en un juguete rabioso”