Leandro Giglione: “El teatro es mi amante”

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23 Junio, 2017 a las 13:40 hs.

Leandro nació en Buenos Aires hace 34 años, es hijo de Silvia Toy, una píquense amante del teatro y modelo de la casa Jean Cartier.



Su padre Alfredo de San Justo  un fanático de los fierros,  técnico rectificador de autos siempre ligado a las carreras y la mecánica.  

Leandro viene de familia de ferroviarios; recuerda sus vacaciones en la casa de su abuelo Carlos Víctor Toy. Llegaba a General Pico  en el tren pulman y era el reencuentro con sus familiares lejanos.

De Pico lo que más le gustaba era la tranquilidad, ya que en Buenos Aires es y era  todo mas movimiento y ruido. Uno de los recuerdos más lindo es las tardes en casa de  Hilda que tenía en su patio un tanque australiano y pasaban las horas jugando.   

Cuando tenía 12 años (año 1995), se vienen a vivir con su familia General Pico. Ya había comenzado teatro con Darío Victori. Y de actuar en los actos de su escuela San Antonio de Padua, una escuela de curas, descubre su vocación por las tablas.

Termina el secundario en General Pico, se va a Córdoba a estudiar Cine y televisión, pero después de meses comienza a trabajar en una bulonería. Época difícil el 2001 el estudio queda relegado pues tiene que trabajar de 12 a 13 horas diarias. Después de muchas idas y vueltas se queda en General Pico sin antes pasar un par de meses en Tucumán.

Se enamora de su compañera de la primaria, Gisela González Singh con quien forma una hermosa familia. Han pasado 5 años y tiene dos hijos,  Leandro  y Roció la más pequeña (actriz).

Sus comienzos en nuestra ciudad lo hace de la mano de  Gloria Bonanni , una genia, una adelantada para la época, con visión del teatro muy amplio. Después conoce a Horacio Marsikani , otro genio, un loco lindo. Después se une a  Daniel Ayerza  en los inicios de comodín. “Me marcó mucho la metodología del trabajo, su responsabilidad. Viejo terco de la vieja escuela tana bastante estricto”, señaló Leandro.

Recuerda su debut con Inodoro Pereyra, que llenó dos veces el cine Teatro Pico, obra que  por ser la primera y haber tanta gente la recuerda con mucho cariño.  “Esperando el Lunes” con Gerardo Alainez, obra que lo marcó  por el sentimiento y el trabajo compartido. Y  “Lombrices”, con José Miranda  que fue un disfrute total porque ya estaba más cómodo y con más experiencia.

El año pasado realizó su  primer monologo, “Matar Cansa”,  un original relato sobre el admirador de un asesino serial.

El teatro para él es su profesión, es su vocación, “pero no se puede vivir del teatro”, puntualizó. Hoy trabaja como iluminador en el edificio Medano . Siempre le gusto  la iluminación escénica.

Recuerda a sus compañeros quienes le abrieron las puertas: Hugo De Dios Javier Ibarra, Cristian Viola. Ha realizado capacitaciones y de ahí ha ido  evolucionando.

En cuanto a proyectos le gustaría dirigir, aunque le gusta estar arriba. “Estar abajo tiene otra esencia”, pero le gustaría la dirección de una obra no costumbrista sino algo como comedia musical.

Al ser consultado sobre qué es el teatro para él,  su mirada se ilumina y respira profundo.  “El teatro es mi motor, lo que me llena el alma, el teatro es y será mi mejor amante”, puntualiza.

Al finalizar la nota, agradeció a su familia, a su mujer  a sus hijos, “porque sin ellos no lograría llevar a cabo esta pasión”. 

Hoy viernes a las 21:30 hrs en el auditorio Médano se presenta con la obra “Splatter Rojo Sangre”, una comedia nacional con marcado humor negro.