Compartiste la misma pasión que nosotros: la Educación Especial. Y transitaste por estas aulas con un sentido de pertenencia y una convicción de tu vocación de servicio poco habitual.
Cuentan aquellas compañeras con las que trabajaste tu preocupación y búsqueda constante de nuevas propuestas adecuadas a cada uno de nuestros niños.
Mirada profunda garantizada por tu formación profesional, intuición y generosidad facilitaban el abordaje individual y grupal.
Al estar en la conducción de nuestra escuela fuiste maestra de niños y adultos. Palabras sabias y con fundamento fueron transmitidas a los más jóvenes quienes sin conocerte vieron en vos el modelo de docente a seguir.
Hoy la Escuela Especial N°1 y su comunidad educativa toda, te honra, te agradece y te despide con el mayor respeto y afecto que tu persona se merece.