El violento es un joven de 27 años, quien recibió una condena en suspenso y deberá cumplir reglas de conducta.
La resolución del juez de control Heber Pregno fue dictada a consecuencia de un acuerdo de juicio abreviado presentado por el fiscal Luciano Rebechi, el defensor oficial Alejandro Caram y el propio imputado, quien admitió su culpabilidad. La damnificada, al serle explicadas por el juez las implicancias del acuerdo, mostró su conformidad manifestando que al imputado “no lo vio más, que no la molesto más y que está de acuerdo también con el tratamiento psicológico”.
Según consta en el fallo, fueron tres los episodios violentos ocurridos el año pasado y uno este año. El primero fue el 12 de febrero, en la vereda de enfrenta al del domicilio de su ex pareja, cuando el imputado la agredió físicamente agarrándola del cuello, arrojándola al suelo y profiriéndole amenazas de muerte tanto a la mujer como al hermano menor de ésta, que se encontraba en el lugar.
El segundo hecho ocurrió tres días después, cuando el imputado envió un mensaje de texto al celular de su ex pareja profiriéndole amenazas de muerte.
El tercer hecho acaeció el 24 de abril del año pasado en las instalaciones de un local bailable, cuando el acusado agredió físicamente a su ex pareja aplicándole una “cachetada” con mano abierta en la mejilla lado derecho, causándole lesiones con carácter de leves.
Finalmente, el cuarto hecho se produjo el día 10 de marzo de este año, cuando el imputado interceptó a su ex pareja, a quien le pidió hablar, pero ante la negativa de la nombrada, le aplicó un golpe de puño en el rostro, le sacó el celular y lo arrojó fuertemente contra el suelo, dañándolo en la pantalla táctil y en la batería. Como consecuencia del golpe de puño, la denunciante sufrió lesiones leves.
Por lo dicho, el juez condenó días al joven de 27 años a la pena de 1 año de prisión de ejecución condicional por encontrarlo responsable los delitos de “lesiones leves agravadas- violencia contra las mujeres- amenazas simples”; “amenazas simples” –dos hechos- y “lesiones leves agravadas y daño simple”. Todos en perjuicio de su ex mujer. Además, le fijó el cumplimiento de las siguientes reglas de conducta por dos años: fijar domicilio y no ausentarse del mismo o modificarlo sin dar aviso previamente al Juez de Ejecución Penal y al MPF; abstenerse de concurrir al domicilio de la denunciante y de relacionarse con la misma; realizar un tratamiento psicológico, previo informe que acredite su necesidad y eficacia -por parte de profesional idóneo en la materia-, destinado a que no incurra nuevamente en comportamientos violentos como el que se le endilga en esta causa y por el que se pide su condena, así como en otros de la misma índole, es decir, que impliquen agresión física a terceros.