El Colectivo Feminista “Las Violetas” repudió “las acciones y dichos de la UTELPa”.
“El patriarcado nos atravesó tanto como sociedad, que se mira con actitud de solidaridad y defensa al acusado y no a las denunciantes de la situación; en este caso las alumnas del Colegio Secundario Mabel Peralbo. Preocupa que la identidad del denunciante se dé a conocer, pero no preocupa la integridad de las adolescentes ni se toma en cuenta buscar la veracidad de las denuncias de las alumnas ‘las victimas ahora son las culpables”, lamentaron.
Sostuvieron luego que “el discurso de UTELPA manifiesta una postura clara, inclinada en defensa del docente dejando de lado la situación de vulnerabilidad de las alumnas y dejando a interpretación de la sociedad que las adolescentes puedan haber inventado la situación, total ‘están en una etapa donde son cambiantes, la imagen del adulto referente (profesor) las confunde, se sienten atraídas de alguna manera, etc, etc’. Esto significa que la UTELPA ya tomo una postura previa antes de que la Justicia actúe”.
“La tarea del docente sin alumno no tiene razón de ser y esto la UTELPA no lo ha considerado desde ningún punto de vista, la UTELPA ni ha mencionado a las adolescentes, ni se ha manifestado tampoco ninguna consideración hacia las alumnas (mujeres), ni dicen que pueda ser verdad o mentira lo que sucedió; esto es cuestionable y repudiable ya que el gremio no puede tomar una posición antes de que se resuelva judicialmente y se investigue la veracidad de los hechos diciendo ‘y cuando se compruebe que las denuncias son falsas’, dando por hecho que se van a comprobar cómo falsas y de esta manera también asienten al precedente de que hay ‘muchísimas denuncias falsas’ de casos de abusos”, agregaron.
“Por lo manifestado, repudiamos el accionar y los dichos de UTELPA ya que se requiere realizar intervenciones responsables y respetuosas, en las que las decisiones y acciones sean pensadas responsablemente desde el principio rector que es el interés superior del NNA (niña, niño, adolescente), y asegurarse de guardar respeto a su derecho a ser escuchado, dar valor a su palabra, preservar su intimidad y reconocerlo como sujeto pleno de derechos. Los niños y niñas han sufrido durante siglos la violencia de los adultos sin ser vistos ni oídos. Ahora que la escala y los efectos de la violencia contra los niños y las niñas comienzan a ser visibles, no se puede permitir que los niños y niñas sigan esperando la protección eficaz a la que tienen un derecho incuestionable”, concluyeron.