En un carretón, trabajadores municipales les cargan sus vehículos hasta que llegan a sectores transitables.
El caso fue reflejado por el sitio Zonal Noticias, que reflejó como los trabajadores se las arreglan para sortear las dificultades que la madre naturaleza les puso delante. Una historia de empeño, amor y solidaridad digna de reflejar.
Con las intensas precipitaciones caídas sobre el norte provincial varios poblados y predios rurales quedaron prácticamente aislados. Solo algunos medios de transporte “especiales” pueden dar batalla al agua acumulada, como por ejemplo los siempre confiables tractores y los caballos.
No hay que meterse muy adentro para sufrir las consecuencias de las inundaciones, ya con intentar transitar por las intransitables rutas pampeanos es suficiente. En varias de ellas no se puede circular, como por caso algunos tramos de la Ruta Nacional N° 188.
Para poder ir a Rancul a cumplir con una de las profesiones más admirables e importantes que hay, educar a los chicos, docentes se acercan hasta algunos kilómetros antes del pueblo y allí sus vehículos son cargados en un “carretón”, que es tirado por un fiable tractor que a modo de “ferri” cruza el vehículo hasta donde el asfalto solo tiene sobre sí un poco de tierra y algún que otro bache.
Claro que esto es posible por la voluntad de los educadores, que demuestran una admirable vocación yendo a enseñar a los niños sea como sea, y por la solidaridad y empeño de los trabajadores municipales y operarios de la empresa que tiene concesionada la ruta.
Pero el trabajo no se limita a solo a los maestros, todos los vehículos que necesitan trasponer el sector inundado, uno a uno, son acarreados para que puedan seguir su camino.