Agregó que “Luego están los trabajadores y el desarrollo federal”. La medida del presidente Macri de incrementar de un plumazo la coparticipación a la Provincia de Buenos Aires en $ 25 mil millones, sin un acuerdo con el resto de las jurisdicciones es una clara muestra de cuáles son las prioridades del gobierno nacional en la inversión de los recursos públicos.
Desde lo social queda claro que la calidad de vida de los trabajadores y el desarrollo armónico de todo el país no encabeza, ni por asomo, la agenda prioritaria del gobierno.
Prueba de ello, el veto a la Ley Antidespidos y la demonización de la media sanción de una Ley de Impuesto a las Ganancias que dejaba de esquilmar los sueldos de los trabajadores pertenecientes a una clase de la sociedad que tiene capacidad para mover los indicadores del consumo y, por ende, de reactivar la economía.
Sería bueno que aquellos ministros, gobernadores y legisladores que se sumaron a la campaña de ataque, tanto al texto aprobado como a quienes la impulsamos y la votamos, expliquen por qué con esa medida producía un gran agujero fiscal en un presupuesto ya aprobado, y hoy una suma similar pero para la campaña de Vidal sólo se necesita una reestructuración de partidas presupuestarias en detrimento vaya uno a saber de qué programa oficial.
Ahora, que tienen en común los dos estados provinciales beneficiarios del unitarismo presidencial? Los niveles de pobreza más altos del país? No. Sólo superan los de la región patagónica y se ubican considerablemente por debajo de los que corresponden a las regiones Noreste, Noroeste y Cuyo.
Más aún, esa diferencia de realidades territoriales es la sinrazón misma a partir de la gran potencialidad que tiene la Provincia para la producción de bienes y la generación de riqueza, o a la mayor calidad de vida del país que ostenta la CABA.
Y decisiones como éstas profundizan las grandes asimetrías de calidad de vida que existen entre las regiones, en detrimento de las más postergadas y en contra de un debido desarrollo armónico de todo el país.
Lo que sí tienen en común es que sus gobernantes son del mismo color partidario y amigos del presidente y, sin lugar a dudas, serán dos de las figuras excluyentes que se pondrán la campaña electoral al hombro a partir de una gran transferencia de recursos nacionales para así, intentar mostrar gestión a favor de la gente.
Desde lo político no sorprende la decisión centralista del Presidente Macri de incrementar la coparticipación a la Provincia de Buenos Aires en 25 mil millones de pesos.
Fue en la misma época del año pero en 2016 cuando se anunció la suba del 1,4 % al 3,75% el índice de la coparticipación a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En valores absolutos fueron $ 17 mil millones de pesos más por año para la jurisdicción porteña.
Estas dos medidas destrozan la propaganda oficial de un gobierno autodenominado defensor del federalismo fiscal y de la institucionalidad.
Los motivos oficiales ante tamaña discriminación? En la CABA fue la transferencia de la policía federal. Una verdad a medias: con el 50 % de lo transferido alcanza para tal fin, el resto va de regalo. Y los recursos llegaron desde el 1º de enero y recién en los últimos días del año pasado se anunció la nueva Policía de la Ciudad.
En la Provincia más grande del país el argumento fue la falta de actualización desde 1995 del denominado Fondo del Conurbano.
Y se quiere resarcir tan situación a través de un Decreto presidencial mientras que las otras provincias deben seguir sus acciones judiciales para que se les devuelvan recursos incautados (ej 15% de coparticipación -para el ANSES- o por el 1,9 % de la misma para sostener el funcionamiento de la AFIP) hace muchos años. Hoy Córdoba, San Luis y Santa Fe, aún avalados por fallos de la Corte Suprema, siguen peregrinando para que les restituyan la totalidad de sus acreencias.
Además, no resulta serio el argumento que esta asignación de recursos no perjudican al resto de provincias. Se supone que en un país federal, como así lo consagra el primer artículo de nuestra Carga Magna, los recursos que dispone el gobierno central deben ser asignados con dicho criterio y no con parámetros partidarios ni de amistad. Se puede decir con certeza que este beneficio a Buenos Aires implica que ni los pampeanos ni su gobierno recibirán $ 500 millones de pesos adicionales por año.
Un dato final para corroborar el centralismo y la baja calidad institucional:
En 2017, la CABA y la Provincia de Buenos Aires recibirán, por decretos de Macri, $ 42 mil millones más, mientras que el acuerdo federal, firmado en mayo pasado por todos los gobernadores y avalado por ley, derramará en todas las provincias argentinas sólo $ 25 mil millones.