UCR: las dos listas y una elección con muchos costos

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15 Diciembre, 2016 a las 13:27 hs.

Por Norberto G. Asquini

foto: Planbnoticias.com.ar

El domingo los radicales van a internas para definir autoridades partidarias provinciales, en una elección donde la apatía reina más en el grueso de los afiliados que las expectativas, más allá de los esfuerzos para movilizar votantes de quienes tienen hoy cargos institucionales o son parte de la militancia.

Por un lado, está la lista Azul y Roja, que lleva al diputado nacional Daniel Kroneberger como candidato a presidente del Comité Provincial. Es apoyado por el diputado nacional Francisco Torroba, el verdadero líder de este sector, con quien tejieron una alianza. En la nómina figuran los intendentes Sergio Arrese de Guatraché, Héctor Delahaye de Anguil, Diego Marcantonio de Parera y Emilio Soncini de Villa Mirasol. Un par más apoyan sin integrar el listado de cargos.

La otra es la Blanca-Verde-Rosa, con Hipólito Altolaguirre como postulante con el apoyo de su hermano, el intendente de Santa Rosa, Leandro Altolaguirre, que es el verdadero conductor. También están los intendentes Roxana Lercari de Realicó y Celestino Folmer de Mauricio Mayer, entre otros dirigentes.

La sorpresiva confrontación por el cargo de presidente del partido no define mucho en la vida interna de esa fuerza, aunque ganar la votación establezca qué sector o dirigente se hará con el liderazgo radical, si el de Torroba o el de Altolaguirre. Pero esta elección sí tiene importancia porque comienza a definir un momento político de cara a 2017: el rol de la UCR en el Cambiemos pampeano. Más soterradas y menos interesantes, también se ponen en juego mínimas cuotas de poder y ambiciones personales. Nada ajeno a cualquier competencia interna.

Ambos sectores enfrentados tienen sus argumentos más que válidos para aspirar a conducir el partido. Los que forzaron la elección, los de Altolaguirre, hablan de la “modernización” y la “renovación” partidaria; los otros, los de Torroba-Kroneberger de salvaguardar al radicalismo pampeano. Ambos se atribuyen representar la verdadera identidad partidaria, hoy azotada por su incorporación a la alianza Cambiemos a nivel nacional.

Son dos sectores bien perfilados. Uno, el de los “radicales macristas”, con base en la gestión Santa Rosa, con estrechos vínculos con el PRO provincial y nacional, es el que promueve Cambiemos en La Pampa para 2017con la incorporación de la UCR. Para sus integrantes, los macristas son socios estratégicos de su gobierno local y acompañan a través de los recursos nacionales. Una alianza de conveniencia tanto para radicales como para sus aliados, en la que todo fluye porque todavía no se definen candidaturas. El radicalismo continuará dirigiendo la municipalidad y su juventud vitoreando a Alfonsín, pero avanzar en esta fórmula es la integración lisa y llana con el macrismo.

El otro sector es el de los “radicales territoriales”, con mayor presencia en el interior, críticos al lugar de socios secundarios en el que el macrismo colocó a la UCR nacional y a los avances del PRO en territorio pampeano. Para este sector, hoy no es conveniente una alianza electoral en 2017 con Cambiemos, ya que diluye a futuro el espacio del radicalismo frente al PRO. Es casi convertirse en una línea interna de esa alianza, aunque no integrarla también los aleje de las tendencias que se están observando a nivel nacional.

Y podemos hablar de un tercer sector, para afinar el análisis, el de los “radicales moderados o prudentes”, como el caso del senador Juan Carlos Marino. No hablamos de quienes directamente han quedado desengañados o son indiferentes al partido, sino de quienes tratan de alcanzar un equilibrio que está muy lejano en su concreción. En una cena con la que el legislador despidió el año con sus cercanos, criticó a quienes no quisieron o no pudieron llegar a acuerdos y consensos y lo inoportuno de esta interna. Para Marino la mirada tiene que estar puesta en 2019, por eso habla tanto con unos como con otros. Y festeja tanto con socialistas como con macristas.

Como indicamos más arriba, esta elección define cosas, pero no todas. Habrá que esperar a comienzos de año para observar cuál será el rumbo político que tome la UCR, y sobre todo las elecciones primarias para legisladores nacionales y cuál será el candidato radical que la gane, ya sea dentro de Cambiemos o como Frepam.

Un peronista que se cruzó a una integrante del bloque Frepam en la Legislatura esta semana, le aconsejó: “Las internas tienen más costos que beneficios, salvo cuando se disputa el verdadero poder”. Y en este caso, las consecuencias pueden salpicar a todos los sectores, ganen o pierdan: mostrar el verdadero estado de la UCR pampeana, dar cuenta del peso específico de cada liderazgo, debilitar conducciones y gestiones. Frente a esta posibilidad: ¿Estaban dadas las condiciones para una interna en este momento? ¿Jugaron más las expectativas desbordadas de algunos dirigentes que hoy acarician algún espacio de poder, que la responsabilidad política? Son interrogantes que se responderán después del domingo.