El reto, los amigos y el choque de los “dos mundos”

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24 Noviembre, 2016 a las 16:13 hs.

Por Norberto G. Asquini



El Congreso provincial del PJ no solo dejó el encendido discurso del gobernador Carlos Verna y su convocatoria a la unidad interna. También hubo entrelíneas otros mensajes. Solo hay que intentar interpretarlos en su contexto. Y mostró cómo ya se están perfilando los dos polos de una elección legislativa en 2017 que, se pronostica, se nacionalizará en La Pampa a favor y en contra de la gestión macrista.

El reto y la estrategia

El intendente de Ingeniero Luiggi, Oscar Zanoli, afirmó días antes del congreso a un medio que hay quienes lo quieren como candidato a diputado nacional en 2017. De un dirigente que es parte del riñón vernista, esto pudo ser visto como el lanzamiento virtual de su postulación. Fue el secretario de la Gobernación, Juan Ramón Garay, el que le dio un baño de realidad al jefe comunal afirmando que el vernismo no tiene candidato. Garay es voz autorizada para hablar por el gobernador. Operador, “broker” del poder, Garay es uno de los alfiles del mandatario. La desautorización a Zanoli fue en parte mostrar una estrategia: no se puede dividir al PJ y menos con una candidatura prematura. Todavía no es tiempo. Si se lanza un nombre, todos van a tener las mismas pretensiones. En Verna, como en las distintas líneas del justicialismo, prima la idea de sostener la unidad y conformar una sola lista. Aunque cueste mucho armarla cuando todos pidan su parte, con o sin derecho. 

Los amigos y las posibilidades

El otro mensaje fue apenas una oración en el discurso de Verna, pero hubo quienes le prestaron atención. “No vamos a elegir a los amigos sino a los mejores”, afirmó el gobernador. En la lista del PJ del “todos unidos”, podría no ser un vernista el que encabece y ese lugar sería la prenda de unidad para contener a otros sectores.

Allí estaría anotado Compromiso Peronista, que con sus diferencias, ha apostado a la gobernabilidad. La palmada de Verna al excandidato a gobernador Fabián Bruna no fue lo único que mostró la presencia del sector en el salón del congreso. En el cónclave estuvieron, entre otros jorgistas, los cuatro diputados provinciales y el intendente de Toay, Ariel Rojas, haciendo presencia. En ese marco, una de las posibilidades de un acuerdo interno en el PJ podría ser que el postulante al Congreso nacional en 2017 salga de ese sector. De hecho, desde sus filas se afirma que el diputado que se debe renovar fue el candidato de Compromiso Peronista, aunque después haya tomado otro rumbo.

La línea jorgista comenzó a rearmarse y a reinstalarse para asomar en el PJ y anotarse para 2017 y 2019. Una necesidad de sostenerse frente a las otras líneas luego de la debacle de 2015. No tiene la estructura del vernismo en la gobernación o del marinismo en Diputados, o del robledismo y el lezcanismo en los sindicatos. Pero cuenta todavía con influencia. Hay intendentes y concejales que apoyan, aunque no lo hagan explícito. Sus dirigentes buscan reorganizarse, pero todavía sin conductor dado que el exgobernador Oscar Jorge es un referente de consulta, pero ya no de definiciones. Hoy podría decirse que tendría una conducción “colegiada”.

Esta línea tiene dos diferencias con las otras. Por un lado, sin lugares en la gestión, debe hacer más política para perfilarse. Y por el otro, es la única que exterioriza su reivindicación a las políticas del proyecto nacional y popular de los gobiernos de Kirchner. Aunque ya no se la mencione a la expresidenta Cristina Fernández.

Choque de dos mundos

Las elecciones de 2017 todavía no tienen un escenario definido, pero están ahí nomás. El presidente Mauricio Macri ya habla de que Cambiemos las ganará. Con una economía que todavía no arranca, uno de los factores que lo ayudarían a enfrentar ese escenario es el estado de dispersión del peronismo, y todavía los buenos porcentajes de imagen positiva que tiene, según las encuestas.

El discurso de Verna dejó en claro que las próximas elecciones en La Pampa seguramente se configurarán en torno a dos polos, “dos mundos” bien diferenciados: quienes estén a favor y quienes estén en contra de Macri. Esos comicios, como toda instancia legislativa, se nacionalizarán. El discurso del PJ va en ese sentido, opositor al gobierno nacional, anteponiendo los derechos pampeanos y la falta de respuesta hacia la provincia, como también en las consecuencias de sus medidas económicas. En eso hay consenso interno. Llevando inclusive a poner en contradicción a los representantes locales de Cambiemos, con el tema del río Atuel.

Del otro lado estará Cambiemos-Propuesta Federal (PRO y aliados) que buscará el voto a favor del presidente, pivoteando en que todavía falta mucho por hacer y que se necesita un Congreso con mayoría propia. De ser este el eje estructurante de la competencia electoral de 2017 en la provincia, la UCR en el Frepam disputará el mismo electorado, pero desde un lugar más incómodo. El radicalismo pampeano es opositor al PJ y respalda la gobernabilidad de Macri a nivel nacional, aún con críticas, pero en La Pampa enfrenta al PRO. De ahí que en la UCR se llegue a buscar que se provincialicen las elecciones para evitar esos tironeos que podrían desperfilar a esa fuerza frente al macrismo. Esa boleta podría restarles apoyos al elegir el votante al “mejor representante” del gobierno nacional. Si va en ese camino separada del PRO, entonces continuará la alianza con el socialismo. De no ser así, el socialismo iría por fuera casi como única propuesta progresista. Más allá, estará la izquierda testimonial.

Si el clivaje central de estas elecciones pasa por el voto a favor o en contra de Macri, de plebiscitar su gestión, de apoyarlo o no en las urnas, estas podrían polarizarse en La Pampa. Cabe preguntarse entonces qué espacio quedará para el resto del “panperonismo” si el PJ es uno de los polos en esa coyuntura. Ahí tenemos a los kirchneristas no justicialistas -ya sea de partidos no peronistas o peronistas disidentes al PJ- y los massistas, que deberán anclar sus posibilidades en sus referencias nacionales.