Escobar se disculpó al final del juicio, algo que no conformó a la familia de las victimas que lo insultaron a él y su abogado.
Con profundo respeto y en silencio presenciaron cada una de las cuatro jornadas de juicio los familiares de Sebastián González y Carlos Lobos, víctimas del siniestro fatal ocurrido en Intendente Alvear el 12 de abril de 2015. El primero de ellos perdió la vida y el segundo resultó gravemente herido.
A lo largo del debate el acusado de chocar con una camioneta la moto en la que circulaban los damnificados, Juan Pablo Escobar, no hizo uso de la palabra, algo que inclusive remarcaron el fiscal Damián Campos y el querellante Armando Agüero, ya que consideraron que no mostró arrepentimiento alguno.
Tras los alegatos y los pedidos de sentencia, y antes de que el juez Florentino Rubio diera por terminado el juicio, Escobar aceptó hablar. “Yo quería pedir perdón, no lo hice antes porque se decía que había sido una pelea, con lo cual no sabía cómo encarar a la familia”, argumentó el joven respecto al porque nunca pidió disculpas hasta el momento. “Yo sé el mal que ocasione”, reconoció.
Las palabras lejos estuvieron de conformar a la veintena de familiares presentes, quienes entre lágrimas y un profundo dolor repudiaron las expresiones del acusado, manifestando que no creen en su arrepentimiento y aclarándole que lo consideran un asesino.
Concluida la audiencia el imputado fue retirado rápidamente por la única efectiva policial presente en el lugar, quedando desguarnecido el abogado defensor Alejandro Caram, quien fue el nuevo blanco de los reproches e insultos de los presentes, indignados por su alegato donde pretendió responsabilizar del accidente a las víctimas.
Inclusive al final uno de los damnificados, Carlos Lobos, rompió de un puñetazo una de las puertas de la Sala de Audiencias N° 1, como demostración de su bronca por lo sucedido.
