Por Norberto G. Asquini
El presidente Mauricio Macri y su entorno ya preparan la estrategia para afrontar las decisivas elecciones legislativas de 2017, una coyuntura que definirá la suerte de la última parte de su gestión, ya que se juega en el Congreso ampliar su base de sustentación o dejarla en manos de la oposición. Es ganar o ganar.
Desde la Casa Rosada se quieren armar las listas de Cambiemos en todo el país, sobre todo en las provincias donde se eligen senadores. La Provincia de Buenos Aires en ese sentido es un territorio medular además por la cantidad de diputados a repartir. En La Pampa, aunque es un distrito menor, Macri tiene dos representantes en el Congreso con los que cuenta, un radical, Francisco Torroba, que aunque crítico ha acompañado con su bloque la mayoría de los proyectos del gobierno; y uno del PRO, Martín Maquieyra.
Por ahora, Cambiemos, como está constituido a nivel nacional, no cuaja en territorio pampeano. O al menos el Cambiemos con el radicalismo adentro. Puede haber radicales que se sumen al Cambiemos-PRO, pero esa mesa de conducción tendría que tener a los principales referentes de la UCR integrándolo para legitimarse.
En ese marco de pensar estrategias para sumar bancas propias al Congreso, el gobierno nacional quiere que buena parte de su gabinete y funcionarios de primera línea encabecen las listas provinciales. La casi sorpresiva llegada de Macri a la presidencia y de María Eugenia Vidal a la gobernación bonaerense hizo que muchos de los dirigentes que tenía el PRO tuvieran que asumir cargos en las gestiones. A lo que se suma la Ciudad de Buenos Aires. El PRO necesita más referentes para afrontar una estructura nacional, una cuestión que “nunca le había pasado a un partido nacional en el gobierno”, afirma el politólogo Julio Burdman. Y explica que ese déficit se va a agravar con las elecciones de 2017, porque sus principales jugadores están todos ocupando hoy puestos de importancia.
Sin embargo, está avanzando la idea de utilizar la visibilidad y el conocimiento que tienen esos funcionarios a través de su cargo público para reforzar las listas de Cambiemos. ¿Ejemplos? En la Ciudad de Buenos Aires los ministros Sergio Bergman (Medio Ambiente), Patricia Bullrich (Seguridad) o Alfonso Prat Gay (Hacienda y Finanzas). En la Provincia de Buenos Aires Esteban Bullrich (Educación) y Jorge Triaca (Trabajo). En Córdoba Oscar Aguad (Comunicaciones).
En La Pampa, los medios nacionales especulan que Macri jugaría con su “ancho de espadas”, el secretario de Deporte, Javier “Colo” Mac Allister, quien le abrió camino al PRO. Sería su mejor carta, sin embargo el funcionario y exfutbolista, cómodo en su función, no querría dejarla para anotarse en una nueva campaña, que sería la tercera consecutiva. “Renunciar luego de haber empezado a conocer el funcionamiento de una secretaría tan compleja es un contrasentido”, afirman voceros del PRO consultados. Y sobre todo abandonar un cargo que le da visibilidad nacional cuando apunta a 2019. Tampoco valdría en su caso con una candidatura testimonial, herramienta a la que le ha escapado históricamente el PRO. Pero el que define es Macri. Las pérdidas y ganancias se sopesan en cada decisión.
La otra carta del macrismo es el actual diputado Martín Maquieyra. Se quiere desde el PRO que el joven legislador renueve su banca en el Congreso. De hecho, ya hay merchandising preparado para comenzar su campaña y mejorar sus chances. El problema es que no tiene el suficiente conocimiento del electorado. Lo ayudaría, por supuesto, la foto con Macri, si es que los avatares de la economía no devoran las posibilidades de los candidatos ungidos por el presidente.
La estrategia de la lista del presidente en La Pampa también depende de si se conforma la mesa de Cambiemos con la UCR adentro o no. Por ahora, hay muchos radicales que se muestran reacios a la posibilidad. Otros no. En el primer rumbo está Torroba, en el segundo un diputado provincial que pretende igualmente convertirse en la cabeza de la lista de Cambiemos aprovechando su exposición pública. No se sabe si sacará o no los pies del plato partidario llegado el momento.
La otra cuestión en el armado de una lista de Cambiemos, suponiendo se unan el PRO y el radicalismo, es intentar mantener los dos cargos en juego que tiene el oficialismo nacional. En La Pampa hoy tiene uno y uno, y se quieren renovar esas dos bancas de las tres en juego frente a un PJ unido. Para conseguir retener nuevamente ambas, ¿es mejor juntos en una sola lista de Cambiemos o separados entre el PRO y el Frepam? De ir juntos, pronostican los consultados por el autor, sí o sí se enfrentarán en la primaria una o dos listas radicales y una del PRO. La renovación no es automática para ninguno de los que intentan llegar al Congreso.
Por último, algo que deberán tener en cuenta los posibles candidatos en 2017, es que las próximas elecciones se nacionalizarán, y el candidato de Cambiemos va a tener que estar en condiciones de defender la gestión macrista durante la campaña, porque ese va a ser el tema central en la legislativa. Muchos radicales no van a estar muy cómodos en ese papel de concretarse Cambiemos.
“No está fácil. El oficialismo necesita un ejército de candidatos pertenecientes al gobierno, identificados con él, mejor macristas que de partidos aliados, y en condiciones de ganar las elecciones en los 24 distritos. Y no los tiene”, sentencia Burdman. Uno de esos distritos es La Pampa. De ahí que el “Colo” siempre esté presente en los planes de Macri.