Cirilo Pelizzari: “Mi profesión es de cartero y con mucho orgullo”

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24 Septiembre, 2016 a las 15:01 hs.

El conocido conductor radial recordó con alegría y emoción sus 30 años repartiendo correspondencia.



El pasado 14 de septiembre se conmemoró un Día del Cartero en la República Argentina, por lo que infopico.com dialogó con Cirilo Pelizzari, un hombre que dedicó su vida a conectar e informar a la gente, primero con tres décadas llevando a los hogares cartas y telegramas, y ahora comunicando a través de la radio.

“Cuando yo entré a trabajar al correo no tenía 13 años, por eso estoy jubilado hace rato ya, pero no soy tan viejo”, expresó entre risas el vecino piquense, quien reveló como se hizo de un puesto “por equivocación” en el Correo Argentino siendo apenas un niño en edad escolar.

“Antes entrar al Correo era un laburo bárbaro, no era fácil entrar ahí. El que hizo los trámites para entrar al Correo era mi hermano, que es más grande que yo, y tenía que esperar a ver si lo llamaban. La cuestión es que una vez cae otro cartero en casa a informar a mi hermano que tenía que presentarse a trabajar y él no estaba, andaba con el violín tocando no sé dónde. Yo era chico, no tenía ni 13 años si todavía no había terminado el sexto grado, y me manda mi mamá al Correo a avisar si por favor lo podían esperar a mi hermano, porque no estaba pero ya iba a volver”, recordó.

“Cuando llegue el hombre me dijo vaya para arriba que ya están las cosas listas, yo me di cuenta al toque que se confundió y me quede en el molde, me puse a trabajar ahí y volví a mi casa tarde, cuando ya había terminado. Mi mamá me retó y me dijo ‘¿qué pasó que no volvías?’ y le dije ‘ahora trabajo yo en el Correo’. Listo lo garque (sic) a mi hermano, que se pusiera buscar otro laburo”, contó nuevamente risas.

Pelizzari no solo consiguió el puesto, sino que supo mantenerlo con esfuerzo durante mucho tiempo. “Ahí me quede 30 años, siempre en Pico, salvo una suplencia que hice en un pueblito acá cerca. Siempre fui mensajero y cartero, que era más o menos lo mismo. Me dieron una vez un premio por ser el Mejor Mensajero De La Pampa, nos dieron una medallita chiquitita en una cena en Santa Rosa”.

El locutor afirmó que en los viejos tiempo “el cartero era cartero, salíamos con esas carteras que te quedaba el lomo a la miseria. Primero lo hacíamos en bicicletas y después las Zanellas chiquititas esas que las rompíamos de tanto andar”.

“De los carteros de mi época ya no queda ninguno”, lamentó el vecino y acto seguido rememoró otra anécdota. “Entrabamos a las 7 de la mañana, 7:10 ya estaban todos en una pizzería que estaba a la vuelta del Correo que se llamaba “La Nueva”, famosa pizzería de General Pico que ya no está más. Ahí se tomaban un vinito los carteros, todos, el ‘Canario Obion, ‘Perico’ Urbin, ‘Bolita’ Novillo, ‘Polo’ Baglietto. Yo era chiquito así que no me daban vino, el pizzero me invitaba una porción de pizaa”.

En cuanto al trabajo diario, Cirilo comentó que “tenía que hacer siempre el mismo circuito. Yo digo la verdad, tenía mal carácter. La pregunta típica en esa época era ‘¿hay carta para mí?’, a la primera le contestaba ‘no señora’, hacia 50 metros y otra me preguntaba y le decía ‘no señora’, a la tercera o cuarta que preguntaba ya le decía ‘cuando tenga carta para usted se la voy a traer señora, para eso estoy’”. Por ello su primer jefe, Manolo Fernández, a quien definió como “un tipo bárbaro”, solía decirle “mi hijito usted está cada día más loco”.

Reconoció que su juventud le daba ventajas a la hora de cumplir sus funciones. “Entrabamos 7 de la mañana y te dejaban ir cuando terminabas el recorrido. Como yo era jovencito era una luz, le sacaba 2 horas a los otros, así que trabajaba muy poco, entraba a las 7 de la mañana, preparaba todo y en una horita y media o dos terminaba, volvía al correo y me iba”.

“Yo los veo ahora a los carteritos y ni pinta de carteros tienen, van con dos cartas en la mano o tres, ya no se usan más. Nosotros íbamos con esos carterones, con unos uniformes de inverno que pareciamos militares, con gorros. No tenían mucho cuidado cuando te mandaban los uniformes y los tenías que usar obligatoriamente, una vez me mandaron una gorra que me pasaba directamente de largo, era como 10 veces más grade que mi cabeza”, dijo

“Fue una época fenomenal, éramos como 80 empleados, ahora vas y ves que son tres o cuatro –diferenció-. Fue una época hermosa, la juventud, se trabajaba de otra manera, era una alegría permanente, un ambiente muy lindo. Yo era de los más recatados, pero había varios personajes en esa época”.

En aquella época los correos aglutinaban la comunicación entre las personas, dado que eran aún pocos los que tenían teléfono fijo en sus hogares. “Sabíamos todo porque obviamente lo cerrábamos nosotros a los telegramas. Hay muchas historias y anécdotas. Linda era la comunicación de la gente, unos te esperaban bien y otros no tanto. Las caras que ponían cuando venían los telegramas bravos esos para cobrar, viste que la culpa siempre es del mensajero”.

Cirilo Pelizzari pidió “hacer una confidencia” y reveló uno de los secretos de aquella época, que eran las “mujeres esperando a los carteros en la puerta del correo, porque no había mensajes de texto, no había whatsapp, celulares, nada, había solo la cartita. Había mujeres a las 8:30 horas cuando habría el Correo porque no fuera cosa que llegara a su casa cierta carta. Hay alguna que otras cosita que no corresponde ventilar, pero nosotros nos enterábamos, no pregunten cómo”.

“Cuando cumplí 30 años de servicio dejé el correo y me dedique a la radio, pero yo siempre digo que soy cartero, mi profesión es de cartero y con mucho orgullo”, expresó el entrevistado como cierre de una charla amena.