Vernismo-macrismo, y una disputa de baja intensidad

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31 Agosto, 2016 a las 13:51 hs.

Por Norberto Asquini



La relación entre el gobernador Carlos Verna y el presidente Mauricio Macri, a través de sus funcionarios, tiene como eje central el reclamo por fondos nacionales y los apoyos de los legisladores pampeanos a determinadas leyes macristas en el Congreso.

Sin embargo, entre la gestión vernista y la macrista hay por debajo una disputa de baja intensidad que se ha dado a nivel territorial y que tiene a los municipios como protagonistas principales. Es que el gobierno del PRO se ha manejado en La Pampa con una estrategia de vínculo directo con las comunas, prometiendo fondos para obras, programas o ATN, sin distinción de su origen político. Los legisladores del PRO-Cambiemos o funcionarios nacionales visitan las localidades o los intendentes son convocados a Buenos Aires para llevar sus inquietudes y pedidos. Esa ha sido la dinámica del gobierno nacional en territorio pampeano.

¿Algo similar a lo que se intenta, con más éxito, en Provincia de Buenos Aires? Allí la gobernadora María Eugenia Vidal ha pisado fuerte y penetrado en bastiones peronistas, hasta  sumando apoyos de algunos caciques distritales. La Pampa es otra cosa, con un PJ hegemónico.

Esta relación ha generado alguna tensión con el gobierno provincial, aunque todavía, en un año no electoral, el conflicto no ha escalado a mayores, pero no se sabe que puede ocurrir a futuro. De hecho, cuando un jefe comunal es invitado a Buenos Aires y consulta en Casa de Gobierno sobre la pertinencia de asistir o no, la respuesta es que vaya y consiga todo lo que pueda para su localidad.

Para un funcionario vernista consultado al respecto, “el gobierno de Macri se comporta como el kirchnerismo que saltaba las gobernaciones para tratar directamente con los intendentes para acumular poder”. Sin embargo, analiza que también es una estrategia limitada: afirma que los funcionarios en Buenos Aires o los legisladores del PRO-Cambiemos prometen mucho, pero a las comunas a llegado poco y nada. Apenas algunos ATN se han repartido en localidades como Ingeniero Luiggi, Monte Nievas, Campos, Realicó o Guatraché. Y, por supuesto, Santa Rosa. “Puro humo, muy a lo Macri”, completa.

Igualmente, esa relación directa no pasa desapercibida para el gobierno provincial. Entre la dirigencia política de cualquier color es conocida la anécdota del “reto” de Verna al intendente de Monte Nievas en la primera reunión que tuvo el mandatario con los jefes comunales a comienzos de año. Allí, enterado el gobernador de que el jefe comunal habían tramitado fondos que debían pasar por la firma de la Provincia y no había avisado, lo usó como ejemplo de que no va a tolerar ninguna intromisión en su territorio. Los intendentes asistieron al uso del poder y de la “persuasión” del mandatario, ante un avergonzado jefe comunal que pecó de inexperiencia.

Desde el lado del PRO-Cambiemos afirman sus referentes al autor que se ofrecen programas y obras y consideran que no hay problema en hacerlo directamente con los intendentes. Quieren alimentar ese vínculo como forma de conocer las verdaderas necesidades de cada localidad. Y argumentan que si todavía no han llegado los fondos prometidos, es por una cuestión de burocracia administrativa del Estado nacional, que lleva su tiempo.

Lo que sí observan es la tirantez que existe entre sus referentes provinciales y los funcionarios provinciales a la hora de anunciar planes y beneficios. Un referente del macrismo pampeano explica: “No es fácil la relación. Ellos quieren ser los dueños de los anuncios, un caso ocurrió hace poco cuando se enteraron que cambiaban los vuelos de Aerolíneas a La Pampa y se apuraron en informarlo como que hubiera sido una gestión de ellos”.

En esa disputa silenciosa, hablan de que una reunión con intendentes de una zona de la provincia fue “boicoteada” con una llamada para que no asistieran cuando se presentaba un programa nacional.

El gobierno provincial es “celoso” de su territorio y observa como una intromisión el despliegue del PRO-Cambiemos en La Pampa. Y reprochan que funcionarios nacionales no quieran trabajar en conjunto sino “hacer la personal”. Se quejan de que lo prometido no se concreta, pero sospechan que se están guardando anuncios y fondos para 2017, un año electoral. “Hoy parecen estar abocados a la Provincia de Buenos Aires donde están poniendo todo, vamos a ver qué ocurre el próximo año”, indican.

Por ahora, el conflicto es de baja intensidad. Las dos gestiones en el terreno se observan. Los provinciales ven con ojos de recelo cómo se mueven los representantes del PRO-Cambiemos en su territorio. Los referentes macristas utilizan al gobierno nacional para construir una estructura propia.

Todo parece tolerarse en los primeros meses de dos gestiones nuevas que van tejiendo una relación. En 2017, con otras necesidades frente a la hora electoral, las primeras rispideces pueden pasar a convertirse en un conflicto abierto.