La difícil tarea de llevar un estilo de Vida Saludable

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30 Agosto, 2016 a las 17:00 hs.

Lo afirmó Melina Martín, nutricionista que pese a su juventud se hizo un lugar y forjó un nombre fuerte a nivel local.

Imagen de Facebook

En tan solo tres años de ejercicio de la profesión, Melina Martín (M.P. N° 2856) demostró que no es necesario décadas de trabajo para hacerse de un espacio de referencia y forjar un nombre que ande en boca de todo aquel que requiera de la atención de un especialista en alimentación

Seguramente tiene algo natural, tal vez su propia experiencia, que capta la atención de nuevos pacientes. Pero sin dudas que lo que más la ayuda es la fuerte capacitación que recibió.

Egresada de la Escuela de Nutrición de la Universidad Nacional de Córdoba, la piquense realizó diferentes posgrados que enriquecieron sus conocimientos: ‘Cineantropometría ISAK”, dictado en la ciudad de Córdoba; “Trastornos Alimentarios”, en la Universidad Nacional de Córdoba; “Anemia en Pediatría”, noviembre 2011, dictado por el Campus Virtual Intramed; “Nutrición Deportiva”, dictado por G-SE; y “Soporte Nutricional”, dictado por Hospital Italiano.

Melina conoce lo que es luchar, ello se lo trasmite a sus pacientes para que no aflojen en la difícil tarea de mantener una alimentación adecuada y saludable.

Se fue a Córdoba con solo 17 años, varias veces pensó en dejar todo y volverse a Pico, pero el apoyo de sus padres, Pablo Martín y Alicia Rodríguez, junto al de sus hermanos, Mauro, Matías y Santiago, la hicieron continuar y terminar su carrera. Actualmente sigue bien respaldada, ya que se sumó a su familia Marco Castro, su pareja y pilar en el crecimiento de su profesión.

En dialogo con infopico.com, la nutricionista local nos contó que eligió esta carrera porque durante su infancia y adolescencia tuvo muchos problemas de sobrepeso y “tenía la necesidad de aprender a comer, de buscarle una solución a su situación”. Además necesitaba una profesión en la cual pudiera estar en contacto con personas, dado que siempre fue muy sociable y quería trabajar de algo en la cual se sintiera útil ayudando a los demás. Lo suyo, a pesar de corta carrera profesional, es vocación pura, disfruta muchísimo de lo que hace, le encanta seguir estudiando y aprendiendo nuevos conocimientos, todos los años realiza nuevos curso.

Actualmente viene haciendo su propio camino, trabaja en un centro de diálisis de la ciudad, tiene su propio consultorio particular, un espacio en una radio local y va ganando experiencia en el Hospital Gobernador Centeno. Le gusta muchísimo el trabajo interdisciplinario.

“Los nutricionistas somos profesionales sanitarios capacitados para mejorar la salud de las personas a través de la alimentación. Podemos abordar enfermedades crónicas para tratarlas a través de planes personalizados y ajustados a cada patología, o evitarlas desde el punto de vista de la alimentación, porque tenemos los conocimientos científicos necesarios, conocemos los nutrientes de los alimentos, así como el modo en que estos interactúan con nuestro organismo para su correcto funcionamiento. Pero nuestro legado principal es cumplir una fuerte labor preventiva, tratando de evitar que la persona llegue al consultorio con la patología ya instalada”, explicó Martín.

Comentó que la tarea de los profesionales de su rama “se va ampliando día a día, antes se pensaba que para ir al nutricionista solo tenías que tener sobrepeso u obesidad. Actualmente, las personas reconocen la importancia de aprender a comer, que a través de los alimentos se pueden controlar glucemias, problemas de colesterol, colon irritable, complicaciones cardíacas, diabetes gestacional y muchas patologías más. A su vez, tengo muchas pacientes que se acercan al consultorio para aprender a comer pensando en buscar embarazos a corto tiempo, eso es a lo que llamo prevención. Preparar el cuerpo a través de la alimentación para poder llevar adelante un embarazo sin complicaciones”.

“En cuanto a mi forma de trabajar, yo no creo en dietas estructuradas –aclaró-. Mi desafío es lograr cambios de hábitos en mis pacientes, modificarles aquellas costumbres que los llevaron a tener complicaciones de salud”.

“No creo en las dietas milagrosas ni de verano, con las mismas se castiga muchísimo al cuerpo, se producen descensos bruscos de peso perdiendo en el camino masa muscular que es fundamental para mantener nuestro peso a lo largo del tiempo. También son muy escasas en vitaminas y minerales, trayendo complicaciones a futuro en la salud. Además, cuando las dejan, ahí vienen los efectos rebotes, porque no obtuvieron cambios de hábitos, se apegaron a una hoja que decía que tenían que comer y que no, y al momento de volver a su alimentación normal aumentan nuevamente, generando complicaciones tanto a nivel físico como psicológico”, afirmó.

Otro pilar fundamental de su trabajo diario en el consultorio es el deporte. “Es muy difícil mantener el peso y la salud si somos personas sedentarias. Siempre estoy recalcando la cantidad de actividades que hay para hacer hoy en día, se puede elegir lo que más les guste, acá lo importante es moverse y divertirse”, consideró.

“Como es una rama que siempre me gusto, realice postgrados en nutrición deportiva y cada vez son más los deportistas que se acercan para aprender a comer pensando en lograr objetivos como generar aumento de la masa muscular o para poder recuperarse más rápido”, reveló.

Luego realizó una evaluación del comportamiento alimenticio de los vecinos de General Pico. “En estos tres años de atender pacientes en mi ciudad, puedo decir que la dieta de los piquenses en su mayoría es monótona, muchas veces por falta de tiempo por cuestiones laborales y otras por falta de conocimientos, no sabemos que cocinar y terminamos haciendo siempre lo mismo. Por otro lado, es una dieta hiperproteica, se come muchísima carne roja y cerdo. El consumo de pescado es escaso, las verduras son poco variadas, las más elegidas son papa, tomate, zanahoria y lechuga. Y en cuanto a las frutas, la gran mayoría no logra cumplir el aporte recomendado que es 2 o 3 frutas al día. Otro problema recurrente es el bajo consumo de agua”.

“Si tengo que analizar en cuanto al género, puedo decir que cuando las personas que vienen al consultorio son deportistas, los hombres son quienes se apegan mejor a los cambios alimenticios. En cambio, cuando son pacientes clínicos, que tienen algún problema de salud, las mujeres son quienes toman conciencia mucho más rápido, y no les cuesta tanto modificar conductas”, agregó.

Por último, recalcó que “la alimentación es fundamental en nuestras vidas, todos sabemos comer pero muy pocos sabemos alimentarnos. El cuerpo que tenemos es nuestro único envase y si se enferma no podemos cambiarlo, es por esto que necesitamos tomar conciencia que hay que incorporar alimentos que nos aporten nutrientes, vitaminas y minerales, todos los colores deben estar presentes en nuestros platos”. Y agradeció “a todos los profesionales que solidariamente van a ayudando a que crezca en mi profesión”.