Están acusados del delito de sedición. Uno de los cabecillas, Julián Jiménez, dijo que “este es el costo de decir la verdad”.
Los efectivos policiales que se levantaron contra la jefatura policial para reclamar mejoras salariales y laborales comenzaron a recibir la notificación del despido. El 11 de diciembre de 2013 un grupo numeroso de policías se acuarteló en las comisarías de Santa Rosa y algunas del interior luego de haber reclamado públicamente mejoras en las condiciones laborales y salariales.
Ese mismo día hicieron una nutrida marcha por la capital pampeana e interceptaron a las autoridades provinciales que se encontraban en una comisión de la Legislatura brindando informes. No fueron atendidos y los ánimos se caldearon. Al llegar la medianoche decidieron tomar las comisarías por la falta de respuesta al reclamo. Dejaron sin funcionar el comando 101 y de patrullar los barrios de la ciudad. También consiguieron apoyo en parte del interior de la provincia.
Un día después le arrancaron un aumento del 19% al gobierno de Jorge. Tras levantar la protesta comenzaron a ser citados por la justicia. Ahora deberán enfrentar un juicio por el delito de sedición en el que se los acusa de haber atentado contra el sistema democrático.
La respuesta. Julián Jiménez, uno de los cabecillas y referente del Sindicato de Policías que se conformó como Asociación porque los uniformados tienen vedado sindicalizarse, dijo que “Cuando decir la verdad tiene un costo; cuando querer sanear una institución y democratizarla tiene costo; cuando pretender querer derechos humanos para la policía, tiene costo. Enfrentar al poder político corrupto tiene un costo”, señaló.
“Pero yo seguiré de pie y dando lucha, no me vencerán. ¡La unión hace la fuerza!”. El texto escrito en su red social se lo dedicó a “los que pensaron Tierno es mejor y Ayala nos salva”.
fuente: Planbnoticias.com.ar