Las partes emitieron hoy sus alegatos de cierres. El próximo viernes 19 los jueces leerán la sentencia a las 12 horas.
Esta mañana se llevó a cabo la cuarta y última audiencia de debate oral y público contra Rodolfo Rodríguez, quien el 20 de diciembre de 2015 mató de un escopetazo a Julio Sotelo e hirió a Walter Fernández, en medio de un conflicto vecinal que se dio en calle 46 bis entre 29 y 31 del barrio Indios Ranqueles.
La Fiscalía cambió su postura inicial y ahora contempló diferentes elementos probatorios recabados durante el juicio a la hora de considerar que se trató de un hecho de “homicidio simple y lesiones leves, agravados por el uso de arma de fuego, con exceso de la legítima defensa”.
Si bien para la doctora Ivana Hernández el detenido se defendió y protegió a su familia de la agresión que sufría por parte de al menos seis personas, consideró que se excedió al utilizar un arma de fuego contra un grupo de personas que presuntamente emprendían la retirada y que portaban elementos menos lesivos como cuchillos y caños.
También lo consideró la investigadora responsable de un episodio ocurrido el 23 de septiembre de ese año, en el que Rodríguez golpeó con un puntapié a un menor que ingresó a su propiedad para buscar una pelota, que el mismo vecino pinchó con un cuchillo. Por ese caso lo consideró culpable de “lesiones leves y daño simple” y en total pidió una pena de 4 años de prisión de efectivo cumplimiento.
El defensor Armando Agüero valoró el cambio de postura pero discrepó con el Ministerio Publico Fiscal al considerar que su cliente no se excedió al defenderse con un arma, ya que de acuerdo a la jurisprudencia y al material bíblico de reconocidos juristas no debe tomarse en cuenta la proporcionalidad del medio empleado, sino la racionalidad del uso del mismo.
Sostuvo que no incurrió en ningún delito el acusado al disparar su escopeta, ya que su uso fue justificado porque se enfrentaba a un grupo de personas que se encontraban todas armas y de haber empleado otro tipo de elemento menos peligroso para su defensa con seguridad no hubiera tenido el resultado de poner fin a la agresión que sufría él, su esposa y su hija.
Además el letrado recordó el difícil contexto en el que vivía la familia Rodríguez, asediada por la familia Fernández y sus amigos, quienes constantemente los amenazaban, insultaban y dañaban su propiedad y sus bienes. Por tal motivo el imputado recurrió en varias ocasiones a la Policía y la Justicia, pero no logró su objetivo de poner punto final al calvario que atravesaba. Inclusive el mismo día del hecho también llamó al CECOM su esposa antes de que ocurriera el fatal desenlace, es decir que siempre buscó otro tipo de salida y que disparó como última opción.
Finalmente aseguró que, de acuerdo al testimonio de los testigos, es mentira que todos los agresores se encontraban en retirada, ya que mientras dos intentaban salir el resto pretendía entrar a la casa y fue allí cuando Rodolfo Rodríguez disparó “al bulto”.
Por otro lo expresado, Agüero solicitó la absolución en la causa de homicidio y lesiones, mientras que aceptó que debe ser condenado en la iniciada tras la agresión al menor que entró a su casa.