Payamédicos: Corazón de grandes, alma de niños

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31 Julio, 2016 a las 13:24 hs.

Cuando se terminó de poner la nariz colorada, dejó de ser él, dejó de ser ella, para convertirse en un ser distinto, agraciado, lleno de magia y color. 



En la tarde de ayer estuvieron en el Hospital Gobernador Centeno de esta ciudad, recorrieron las instalaciones y arrancaron sonrisas en pequeños y grandes. Los sorprendió la tarde bajando de su cohete imaginario,  viniendo de algún planeta muy lejano en su imaginación, recorriendo lugares en su tren invisible, saltando de burbuja en burbuja mientras sus multicolores trajes se perdían en movimientos infantiles. 

Izando una bandera de sueños frente a un viejo mástil que se erguía a la espera de su llegada. 

Así son. Así lo viven. Así lo sienten. Y de la misma manera lo llevan adelante. 

Algunos dejaron su traje de médico colgados tras la puerta. Otro, cerro su libro contable. Uno más allá, colgó su bicicleta en una nube y en el ascensor del tiempo se colocó a su lado.

No es difícil ser un payamédico. O si? Cada uno de ellos lo sabe. Su alma de niño en el cuerpo de hombres y mujeres disfruta cada instante de juegos, sueños, risas, gestos, robando una sonrisa a su paso, frenando el viejo tren imaginario para detenerse en cada estación hospitalaria, donde menos los esperan. Donde parece que los momentos se detienen. 

Se metieron en el corazón hospitalario a lo largo del país, brindando alegrías, entregando sonrisas…y cada vez son más…si, cada vez más ” locos no tan bajitos” jugando al juego que más conocen. Donde dejan de ser él y ella,  para ser ellos, los Payamédícos, con su receta de sueños, globos y burbujas, mientras invaden cada habitación dejando un manto hermoso de alegría colgado en cada camastro, y alguna lágrima de sorpresa y alegría en chicos y grandes, que por un momento olvidan sus pesares, y sueñan junto a ellos.

¿Es fácil ser un payamédico?…solo ellos lo saben…pero ahí van…a bordo de su ” cafetera”  multicolor rumbo al mundo de sonrisas que los espera para entregar…con su corazón de grandes, su alma de niños, y su belleza de ensueños. Pasen…pasen…los estamos esperando…