Izaguirre denunció a la Policía y disparó contra Tierno y otros funcionarios

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11 Junio, 2016 a las 12:33 hs.

El ex funcionario afirmó que el ministro intentó encubrir que agentes golpearon a su hijo. Dijo que fue boicoteado en su gestión.

AUDIO:



El exsubsecretario de Prevención de Adicciones, Claudio Izaguirre, denunció que la Policía al mando de Juan Carlos Tierno golpeó a su hijo, y que ese hecho desembocó en su renuncia al cargo. Además reveló que el ministro intentó tapar la acusación y le reprochó que formalizara la presentación.

Izaguirre contó que sintió que le ponían obstáculos permanentemente a su gestión dentro del propio gobierno: apuntó especialmente a la diputada Sandra Fonseca (esposa de Tierno) y a los ministros Rubén Ojuez (Salud) y Cristina Garello de Campo (Educación).

“No acuso a la Policía de que golpeó a mi hijo. La Policía golpeó a mi hijo”, dejó en claro Izaguirre en una entrevista que brindó a una radio santarroseña. Aseveró que Tierno, en este caso, “se equivoca porque siente que (la denuncia contra la Policía) es un ataque personalísimo y consideró que lo mío era una traición”.

De todos modos señaló que había diferencias previas: “Tierno dijo en Diputados que él no iba a combatir la venta minorista, para mí fue un cimbronazo y tuvimos un distanciamiento. El vendedor de drogas, mayorista o minorista, es un homicida”, juzgó.

El exfuncionario señaló que su tarea fue “permanentemente coartada por la señora Fonseca a través de sus esclavos”. 

El hecho final
Sobre el episodio que sufrió su hijo, Izaguirre contó que “vino a conocer La Pampa, salió de paseo y me llamó a las 5 de la mañana porque lo habían robado, los patovicas lo sacaron del lugar y cuando pidió ayuda a los policías, la policía lo golpeó y lo echó. Estuve a los diez minutos en el lugar y los policías dijeron que mi hijo estaba agresivo y ellos repelieron su actitud”.

Explicó que “el ladrón se llevó la billetera, encontró el número de la percha y se llevó la ropa, en complicidad con la gente del boliche y de la Policía de la provincia”. 

– ¿Lo sorprendió esa actitud de la Policía? -le preguntaron en Radio Kermés 106.1.
– La verdad que sí, obviamente. De todas maneras uno tenía conocido algún antecedente, pero en este caso le tocó a mi hijo. Mi renuncia no tiene que ver solamente con esto, sino con otras cuestiones de mi cargo y las imposibilidades con que me encontré de desarrollar mi tarea. 

– ¿Tierno le reprochó que hiciera la denuncia?
– Eefectivamente. Juan Carlos me dijo: “me estás denunciando a mí”. Pero lo tocaron a mi hijo, ¿qué tengo que hacer? Hay un grupo de policías que no actúa como se debe. Si un policía recibe una denuncia por robo debe actuar. Mientras mi hijo hacía la denuncia en la comisaría, el jefe fue hasta el lugar y dijo que la billetera había sido encontrada en el bar “General Lee” con toda la documentación. Quedó en la nebulosa lo de la ropa.

– Pero usted sabrá por otras denuncias que este tipo de hechos con la Policía no son novedad…

– No sé si la situación es nueva o no. Está sucediendo, le sucedió a mi hijo y soy testigo directo. No me presenté como subsecretario y les pedí que se identifiquen, pero no lo hicieron. Sirve para que se ponga el ojo en el tema y que a otros ciudadanos no les pase. Le pegaron patadas, el médico forense sacó fotografías de las lesiones que tiene en las piernas por las patadas de los policías. Está todo filmado. Y si la filmación no aparece es porque alguien la borró…

– ¿Pero usted dice que el ministro, en lugar de pedir el esclarecimiento, se enojó y pidió tapar el hecho?

– Ahí actúa la mujer de Tierno (Sandra Fonseca) que le llena la cabeza, lo vive molestando, tratando de ser la dueña del Ministerio. Yo no vine acá a tomar cafecito con la señora de Tierno, sino a cumplir una función. Me da pena que esta señora haga las cosas que hace.

– ¿Qué cosas?
– La mayoría de las personas designadas en el Ministerio las designó ella y obedecen a ella. Hay un hombre de apellido Martínez, un docente de edad, que cumple funciones específicas a pedido de ella y lo que ha hecho es boicotear mis iniciativas para sacarme del medio porque no le doy ni cinco de bolilla a lo que la señora dice, que es una diputada más, y no es la dueña de nada.

 – ¿Cuál iba a ser su tarea y con qué realidad se encontró?
– En La Pampa no hay comunidades terapeúticas. En Guadalupe había una sola persona internada y en la casa de mujeres dos. Se pedía una cantidad de dinero exorbitante para atender a 3 personas, sin trabajo de campo, ni prevención, ni trabajo de calle. El Servicio de Salud Mental del Molas es realmente lamentable. No es un espacio que atienda adictos, sino que los rechaza. Mi idea era instalar 4 comunidades terapéuticas, con gente preparada para atender la asistencia. Necesitaba del ministro de Salud (Rubén Ojuez) la habilitación y no lo pude conseguir. En 25 de Mayo tuve reuniones con el intendente, incluso las petroleras estaban dispuestas a solventar la erogación de los profesionales convocados… pero Ojuez decidió no dar las habilitaciones. Tiene aspiraciones de gobernador, no quiere hacer nada que haga lucir al gobernador actual para que no se postule a una próxima, no sé cómo es la historia, ellos lo sabrán…

– ¿Encontró más trabas en el gobierno?
– Desde el Ministerio de Educación también.  La secretaria es un amor, la subsecretaria excelente. Pero la ministra de Educación ni siquiera quiso hacer una campaña de prevención de drogas en el mundo escolar. Hay circulando un libro mandado por el Ministerio de Educación anterior que les enseña a los pibes cómo drogarse en forma recreativa y cómo se conectan con la cosa artística y cómo consumir drogas sin que sea negativo para las personas. Pido que se prohiba este libro en la provincia con toda urgencia. Es un libro basura. Enseña cómo drogarse.

– ¿Cómo fue el contacto con la provincia, por qué lo designaron funcionario?
– Me entero de (Juan Carlos) Tierno cuando lo echan de la Intendencia. Tenía la referencia de que combatía la droga en los locales nocturnos. Salgo a defenderlo. Quedó un contacto y cuando asume como ministro me llama para colaborar. Yo, encantado de la vida. Dejé todo en Buenos Aires. Le dí un beso en la frente a “la bruja”, mi mujer, y me vine a La Pampa. Los primeros 50 días no cobré. Tuvieron la gentileza de conseguirme a mí y a otros funcionarios que vinieron de Buenos Aires un hotel y un restaurante. Yo fui muy cuidado por (la directora) Andrea Portillo, y gracias a ella tuve una vivienda digna y un plato de comida.