Debido a sus celos le dio una paliza y no le permitía salir de su domicilio ni siquiera a trabajar. Recibió una pena en suspenso.
AJG fue condenado en el día de ayer en una audiencia de lectura de sentencia que se desarrolló en la Sala N° 3 del Palacio de Tribunales de General Pico. El fallo fue del juez Carlos Pellegrino, quien convalidó un acuerdo de partes presentado por el fiscal Alejandro Gilardenghi y el defensor oficial Alejandro Caram. El imputado reconoció la autoría del hecho y la víctima brindó su consentimiento a la resolución alternativa, dado que lo perdonó e inclusive volvió a vivir con él.
De acuerdo a la fallo el hecho ocurrió el 8 de enero de este año en una localidad del norte provincial, donde el condenado arribó cerca de las 5 horas, despertó a su mujer SM y mantuvo con ella una discusión.
Luego el hombre insultó a la mujer y “empezó a golpearla con el puño en el rostro y en la cabeza, luego le tomó la cara con la mano abierta para que no hablara, y la soltó al ver que le sangraba mucho la boca”.
En el examen médico se constató que la damnificada sufrió “traumatismo de cráneo con hematoma de párpado inferior, hematoma de pómulo izquierdo, caída de diente incisivo superior, hematoma de músculo bucal, hematoma de región omóplato izquierdo”.
Posteriormente, el sujeto quería que la denunciante se acostara con él, intentaba abrazarla, se tornó agresivo decía que lo rechazaba, le siguió pegando golpes de puño en el cuerpo hasta que se durmió, ahí fue que pudo escaparse a la casa de una vecina. Posterior a la revisación médica su hermano la convenció de formular la denuncia.
Agregó la víctima que ese mismo día en la mañana, AJG le había puesto una cuchilla con funda de madera en el cuello. Ha sufrido agresiones verbales y físicas, permaneciendo encerrada bajo amenazas, sin salir a trabajar o tener amistades.
Por todo lo mencionado el juez Pellegrino resolvió condenar al hombre de 38 años “como autor material y penalmente responsable del delito de lesiones leves calificadas por haber sido cometidas contra la persona con la cual mantiene o mantuvo una relación de pareja (…), a la pena de seis meses de prisión de ejecución condicional”.
Además impuso el magistrado como reglas de conducta, durante dos años, el fijar residencia y someterse al cuidado de un patronato, además de someterse a un tratamiento psicológico, previo informe que acredite su necesidad y eficacia.