¿Pirotecnia verbal o nueva etapa política en La Pampa?

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31 Mayo, 2016 a las 19:06 hs.

(Por Norberto G. Asquini)  En la superficie del escenario político pampeano dos cruces mediáticos resaltaron en los últimos días.



En la superficie del escenario político pampeano dos cruces mediáticos resaltaron en los últimos días. Por un lado el gobierno provincial, o el vernismo, con el diputado socialista Luis Solana, y por el otro el gobierno provincial, o el vernismo, con el referente de Cambiemos en La Pampa, el secretario de Deporte de Nación, Javier “Colo” Mac Allister.

Los pormenores son conocidos. El gobernador Carlos Verna cruzó a Solana por presentar un proyecto para que se le condone la deuda a Santa Rosa por adelantos de coparticipación tomados durante el anterior mandato del PJ, y después hubo enojo al reclamarle el legislador por la falta de obras de gas natural, a lo que la administración provincial respondió pidiendo la rescisión de la concesión a la empresa Camuzzi y en anunciar que se podría cooperativizar la distribución en un futuro.

Con Mac Allister sucedió cosa parecida. El funcionario nacional se quejó porque Verna luego de firmar el acuerdo en Córdoba para la devolución del 15% de la coparticipación en manos del Anses en los términos que quería el mandatario, criticó a la gestión de Mauricio Macri y hasta habló de despidos en organismos nacionales. El ex futbolista dijo que el gobernador “ya cansaba” con sus declaraciones y que encontraba soluciones a nivel nacional pero cuando llegaba a La Pampa, solo había reprobación hacia la administración macrista.

El análisis nos lleva esta vez a plantear si esos cruces fueron solo pirotecnia verbal o hay detrás una nueva etapa de la política provincial. ¿Por qué nueva etapa? Es que pasados los primeros cien días de gobierno, de la “luna de miel” con el oficialismo entrante, la relación con la oposición ha comenzado a tensarse, de ahí su transformación. Sobre todo con el PRO (o Cambiemos), sector que en los primeros meses en una suerte de “mutuo acompañamiento” entre el gobierno provincial y los representantes pampeanos del nacional, se habían apoyado iniciativas de la administración vernista.

Es cierto también que esa confrontación con el gobierno provincial no se ha dado en toda la oposición, sino solamente con el PRO y el socialismo, las dos voces discordantes con el oficialismo. La dirigencia provincial del radicalismo ha mantenido un silencio monocorde. Seguramente pueda tener que ver con no importunar al gobierno provincial por un lado para sostener la gobernabilidad de sus intendentes y por el otro ante el gesto de haber tenido cargos puntuales en organismos descentralizados del Ejecutivo. Pero no es esa la única argumentación. Como ocurre frente al gobierno de Macri, sus dirigentes han perdido la capacidad o iniciativa de ser oposición manteniendo una postura cauta y de cierta “corrección política” intentando no molestar a quien ejerce el poder. En ese escenario el único que ha sobresalido entre las principales referencias del radicalismo con un mensaje crítico, aunque en soledad, ha sido el diputado Francisco Torroba. El massismo en La Pampa, en tanto, se ha consubstanciado con un acompañamiento casi acrítico al gobierno justicialista.

Por su parte, las posturas a un lado y al otro del arco político en el PRO y el socialismo han encontrado la respuesta del gobierno provincial más en la forma de chicanas (desde el “que se ponga a trabajar” a Mac Allister al “acompañó a Macri en la boleta” a Solana) que en debatir las cuestiones de fondo (la relación con Nación y sus beneficios o la falta de inversiones). Un dirigente del peronismo analizó que, sin los fondos necesarios, la gestión se le ha dificultado a Verna y esas limitaciones llevan a realizar anuncios para suplantar la ausencia de concreciones en obras o que las críticas a determinadas acciones repercutan más en el gobierno por este motivo. Por su parte, ha sido el vernismo y sus funcionarios quienes han contestado las avanzadas opositoras, ya que no se ha visto de otros sectores internos defender la gestión provincial públicamente. Algún buen observador dirá que esto sí ocurrió en la Legislatura cuando se votó el Presupuesto, y es cierto, pero los discursos de un lado y del otro quedaron encerrados en la Cámara.

¿Han cambiado los términos de la relación política entre oficialismo y oposición? Para muchos, aunque incipiente y silencioso, el tiempo para la campaña de 2017 ya comenzó a desandarse. Con ese telón de fondo, el escenario político pampeano empezará a reconfigurarse lentamente para todos.