Cual pálido fanal, la vieja luna…
Cual pálido fanal, la vieja luna
de tantas largas noches compañera;
tímidamente alumbra la señera
ronda de sueños que mi pecho acuna.
Ella sabe de cuitas olvidadas
perdidas en lejanos sentimientos,
cuando el amor, sin arrepentimientos,
llenábase de noches encantadas.
Dando siempre la espalda al universo
presta plena su luz para la huella
del caminante que perdió su estrella,
y le regala su sentido verso.
Refugio del amor y la oportuna
razón de los poetas: vieja luna.