Las precipitaciones de los últimos días provocaron una acumulación de agua que preocupa a los pobladores. Hoy sigue lloviendo.
Las noticias sobre los perjuicios provocados por la lluvia en el norte provincial se suceden casi a diario. Campos inundados, con sembrados calificados como “extraordinarios”, se ven anegados y por ende el levantamiento de la cosecha gruesa en algunos casos es imposible. A eso se suman caminos rurales intransitables y hasta grandes localidades que padecen las dificultades lógicas ante este clima en sus calles de tierra.
Más allá de lo mencionado, sin lugar a duda que en donde se vive con mayor preocupación la situación hídrica es en los pequeños poblados, en muchos casos alejados de las rutas y abrazados por las estancias que los rodean. Allí los más 700 milímetros caídos en algunos casos complican a sobre manera, porque no solo salir o entrar es difícil, sino que invade a los pobladores el miedo de que lo poco o mucho que tienen quede bajo el agua.
Lo dicho es lo que hasta ahora sufre en parte el pequeño pueblo de Ojeda, ubicado a unos 50 kilómetros de General Pico. Con el agua acumulada, que sigue juntándose porque la lluvia persiste, la posibilidad de una inundación golpea a la puerta de unas 22 casas, en las que poco más de 30 personas miran por la ventana y rezan porque las nuevas desaparezcan, el sol salga y la tierra se seque.
No es injustificada la preocupación de los pobladores, que se contactaron con infopico.com a través de la línea de Whatsapp 2302-664444. Allá por el año 2000 las inundaciones que afectaron a buena parte del territorio provincial también dijeron presentes en su zona y dejaron marcas indelebles en la memoria.
En la noche de este jueves el lector que dio a conocer la situación informó que el agua ya está en el pueblo, por lo que ruegan que las napas no suban porque sino “tendremos que salir en canoa”.
