La Obra de los Daneses está abandonada

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14 Febrero, 2016 a las 12:07 hs.

El problema de las inundaciones en la región es cíclico y ya había sido descripto en el siglo XIX por Florentino Ameghino. 



En el año 2003 la provincia emprendió una obra faraónica, la obra de los Daneses, con un presupuesto de más de 33 millones de pesos, para resolver el tema con una serie de canales que desembocarían en las dos zonas más deprimidas de la provincia ubicadas entre Trilí y Quemú Quemú. Solo se construyó la primera etapa y en la actualidad está abandonada. Se indicaban que los beneficios medios anuales asociados a esa obras iban a ser del orden de 14.5 millones de dólares.

Hace unos 20 años, el Instituto Danés de Hidráulica realizó un estudio en la zona y presentó la obra que en rigor se llama Regulación y Control de Inundaciones en la Región Noreste de La Pampa, en Quemú Quemú, que se conoció popularmente como la Obra de los Daneses.

Contemplaba kilómetros de canales que terminarían en el bajo de Bárbulo cercano a Quemú Quemú con una represa con compuertas, motores, etc. pero lo que se hizo está en total situación de abandono. Los canales que tenían por función llevar los excedentes de agua está tapados de yuyos y es difícil encontrarlos. Acumularía el agua excedente del este de La Pampa: General Pico, Trenel, Villa Mirasol, Colonia Barón y Metileo. 

En el año 2012, productores e intendentes de localidades norteñas, ante una situación de lluvias excepcional, pidieron al gobierno provincial que realice la segunda etapa de la obra. En aquel entonces, el ex ministro de Obras Públicas Jorge Varela, afirmó que se estaba buscando el financiamiento nacional y que era intención de la provincia concluir las obras.

Sin embargo, pasaron las lluvias, el tema quedó en el olvido y no se hizo nada. La obra hubiese resuelto el problema de las inundaciones. La región es cíclica en cuanto a lluvias y en épocas de mayores precipitaciones es el río V el que colecta las agua excedentes.

En la segunda etapa se construiría un canal que uniría desde Ojeda a Quemú, y luego los otros canales secundarios, de varios kilómetros de distancia que encadenarías las lagunas que causan problemas.

La concreción de la obra tuvo momentos álgidos en el año 2005 y en los juicios de los productores agropecuarios a los que se expropiarion tierras para realizar la obra. Es que la obra de los Daneses implica la utilización de entre 20 mil y 25 mil hectáreas de la zona productiva de Quemú Quemú.

Cuando no hay inundaciones, son tierras aprovechables y en ese año una ley de Diputados les permitió a los antiguos dueños utilizarlas sin pagar canon al estado, es decir el gobierno les había comprado los campos pero ellos los hacían producir cuando no había inundaciones sin abonar un solo peso por el usufructo. El entonces gobernador Carlos Verna vetó la ley y se modificó pero igual muchos productores iniciaron juicio al estado.

El río Popopis (así lo llamaban los pueblos originarios de la zona al río V) se origina en San Luis y cuando recibe las aguas de napas o lluvias excedentes no tiene un cauce definido para canalizarlas. Es que el desborde tiene origen un 10 % en el agua del río, un40 % corresponde a napas y un 50 % se origina en las lluvias caídas. Estamos justamente en época de lluvias intensas.

Como la topografía de la región es una llana, las aguas inundan zonas del sur de Córdoba, norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires. El agua del río V pasa bajo las rutas a través de alcantarillas, tal como hay en cercanías de Bernardo Larroudé, Banderaló y Villa Sauze.

En los años 2000 y 2001 el problema, aún fresco en la memoria de quienes lo padecieron, fue muy grave, se inundaron ciudades, pueblos y campos. Hubo conflicto entre provincias y vecinos. Quienes toman decisiones a nivel provincial y nacional conocen el tema y la prevención de los conflictos es una de sus obligaciones.

A nivel gubernamental, el río V no dispone de un comité de cuenca pero si de un organismo que se denomina Consejo Interjurisdiccional de la Región Hídrica del Norte de la Llanura Pampeana, que funciona en la órbita del Consejo Hídrico Federal, organismo que agrupa a todas las provincias argentinas.

Ese consejo está integrado por las provincias de San Luis, Córdoba, La Pampa y Buenos Aires, sin embargo poco y nada ha hecho. Y las inundaciones y los ciclos de precipitaciones abundantes llegan sin que se realizaran acciones previas.

Pero además de la obra de los Daneses, hubo otro programa nacional muy ambicioso que no se concretó. En el año 2003 se anunció un programa  que resolvería el problema hídrico en la región y que abarcaba las provincias en cuestión y al gobierno nacional.

Se había anunciado que se iba a concretar en dos años y medio, que iba a crear unos nueve mil puestos de trabajo y que iba a ser el primer plan unificado contra las inundaciones en la historia del país. Iba a significar una inversión de 750 millones de pesos al 2005 y de hasta 1.000 millones hasta el 2008.

y resolvería el problema de unos 70.000 kilómetros cuadrados, donde se producen transferencias hídricas de carácter interprovincial. Se iba a consruir embalses de amortiguación de crecidas en la cuenca alta y de obras de regulación y de desagües controlados en la cuenca media, cuyos proyectos fueron desarrollados por las provincias e integradas en ese plan.

Una de las etapas de este mega proyecto abarcaba la zona de crecidas cíclicas del noreste de la provincia de La Pampa, de unos 19.400 kilómetros cuadrados que involucra a siete departamentos: Realicó, Chapaleufú, Maracó, Trenel, Quemú Quemú, Conelo y Catrilo. Los beneficios medios anuales asociados a la llamada “obra de los daneses” elegida, serían del orden de 14.5 millones de dólares.

Otra zona de intervención estaba en Córdoba, donde producen anegamientos el río V y los arroyos de la vertiente de la Sierra de Comechingones. En el río V se prevía levantar la represa El Chañar, casi en el límite con La Pampa, lo que iba a permitir regular los caudales de agua río abajo y limitar las crecidas en la cuenca superior, para asegurar un ingreso medido del agua en La Pampa y en Buenos Aires, sin crear perjuicios en la provincia mediterránea.

Nada de esto se concretó y el miedo al agua y el recuerdo de décadas pasadas vuela sobre amplios sectores de las poblaciones bajo riesgo.