Alan Alfonso, hijo del propietario de Quevilac, confirmó que les sustrajeron $ 10.000, mitad en mercadería y mitad en dinero.
“Si no ha sido hoy fue anoche”, evaluó el joven, ya que “nosotros cerramos el sábado a las 9 de la noche, ahora vine yo a buscar cosas para el mate y me encontré con todo esto”.
Reveló que para ingresar los malvivientes “al portón –trasero- lo rajaron todo, se ve que con una tijera para chapas” y lamentó que “tenemos alarma, pero no sonó, estaba funcionando porque la desactive yo cuando llegue”.
En cuanto a lo sustraído precisó que “se llevaron plata que había en la caja, la que siempre queda, y cinco jamones crudos y bondiolas que había colgados”. Indicó que los jamones “valen $ 1.000 pesos cada uno”, mientras que “en la caja habían $ 5.000”.