Ayer una mujer fue mordida en el barrio Frank Allan, cuando iba a trabajar junto a su pequeña hija.
La situación pudo ser más grave pero por suerte solo quedó en lesiones de poca consideración.
La vecina transitaba junto a su hija por calle 103 entre 38 y 40 cuando un perro se abalanzó sobre ellas y atacó. Afortunadamente solo la mayor recibió una mordida en una de sus piernas mientras que la menor resultó ilesa.
De todas formas la víctima debió recibir atención médica y se le dio reposo, lo que le impide trabajar, por lo que reclamó que los propietarios del animal se hagan cargo de la situación y los gastos.