El juez Florentino Rubio condenó hoy a un hombre de 45 años de edad, por el delito de “abuso sexual simple agravado por ser encargado de la guarda” a tres años de prisión en suspenso. “Manoseó” en varias oportunidades a la hija de su pareja, de 11 años de edad, cuando estaba bajo su cuidado.
La causa fue denunciada en el año 2013, pero recién ahora se juzga. La denunciante, la madre de la víctima, falleció el año pasado. Ella fue “obligada” a denunciar por la asistente social y las psicólogas del hospital Gobernador Centeno, que tomaron conocimiento del hecho. Cuando se entrevistaron con la madre y la abuela de la niña, ambas reconocieron saber que podría estar siendo abusada por el hombre, pero no habían radicado ninguna denuncia.
El fiscal Alejandro Gilardenghi fue quien llevó adelante la investigación fiscal, basada fundamentalmente en pruebas como las pericias psicológicas y el relato de la niña. Solicitó la condena mínima para este tipo de delitos, que es de 3 años de prisión en suspenso y reglas de conducta como la prohibición de acercamiento y comunicación para con la víctima y sus familiares. El juez no puede aplicar una condena más grave que la solicitada por el fiscal, y eso lo dejó explícito en el fallo. El defensor fue el abogado particular Armando Agüero.
Nunca convivió el hombre con la niña y su madre, pero invitaba frecuentemente a comer a la familia a la casa en que convive con sus padres. La niña había soportado por vergüenza y miedo los avances sexuales del hombre, y un día lo escribió en un papel que dejó tirado en el piso de su casa. La hermana, mientras barría, lo econtró, lo leyó y fue a recriminarle a la madre sobre la situación, quien no le dio cabida al hecho. Debió pasar tiempo y la intervención de profesionales del hospital para que la mujer radicara la denuncia. Y debió pasar casi tres años para que la Justicia llevara al banquillo de los acusados al hombre. En ese tiempo, la mujer falleció.