A los 91 años, Elvira Álvarez, cumplió con su deber cívico. Bajó del auto y acompañada por su nieta llegó a la mesa 539 de la Escuela N° 57. Allí entregó su documento actualizado la presidente de mesa e ingresó al cuarto oscuro. Minutos después salió con el sobre armado y lo depositó en la urna. Recién allí esbozó una sonrisa. Había cumplido su deseo, pero sobre todo el de cumplir con la democracia.